Prepare un presupuesto... ¡del modo fácil!

La palabra “presupuesto” evoca ideas espantosas de largos papeles de cuentas adornados con una infinidad de columnas de cifras. Pero no se deje asustar. Aunque tal vez hay quienes se muestren algo escépticos al principio, elaborar un presupuesto es sencillo, pero práctico.

Cómo preparar un presupuesto

En realidad, todo lo que el presupuestar requiere es que se haga una lista de la cantidad de ingresos y una de los gastos... y entonces que se mantengan los gastos dentro de los límites de los ingresos. Es muy sencillo. Comencemos por la lista de los ingresos. Para la mayoría de nosotros, esto debería ser fácil, pues generalmente solo implica unas cuantas fuentes de ingreso. (Salario, intereses de cuentas de ahorros, paga por trabajitos incidentales, etc.) No obstante, el preparar la lista de gastos es un poco más complicado.

Usted pudiera comenzar por preparar (o comprar) un formulario.  Prepare una serie de encabezamientos principales, como “comida” y “ropa”, pero sin detallar demasiado y tratar de subdividir el encabezamiento “comida” en distintos comestibles. Recuerde, también, hacer una lista de gastos “inesperados” o “misceláneos” que inevitablemente han de surgir. Es difícil prever las visitas que llegarán de otra ciudad, los pinchazos de los neumáticos o hasta una compra que ocasionalmente se haga por antojo. De modo que es aconsejable que el presupuesto sea flexible.

Trate de calcular una cifra realista de la cantidad de dinero que debería reservar para cada gasto. Si usted acostumbra guardar los recibos de las compras y las facturas, o paga con cheques, esto no debería ser demasiado difícil. Si ésta no es su costumbre, simplemente tendrá que hacer un cálculo inteligente. También querrá recordar los gastos mensuales, como el alquiler o los pagos de hipoteca, y los gastos a largo plazo, como los impuestos, los seguros, o unas vacaciones.

El que su presupuesto se vaya a pique o, al contrario, salga a flote dependerá en gran medida de lo realistas que sean los cálculos que usted haga. Una pareja que ha logrado vivir dentro del presupuesto que se trazó dice: “Probablemente lo más importante para lograr que nuestro sistema funcione es fijarnos una cantidad realista para los gastos de la casa. El sistema no funciona si la cantidad que se aparta para los gastos de la casa es tan pequeña que sea imposible que alcance hasta el fin del mes”.

Aunque el marido sin duda tome la delantera en establecer estas cantidades, de ningún modo sería este proyecto el trabajo de una sola persona. Toda la familia debería participar para que el presupuesto realmente resulte provechoso. Y, naturalmente, todos querrán dar su opinión respecto a cuánto debería asignarse a cada cosa. Por supuesto, a las esposas pudiera preocuparles el presupuesto para la comida. Los jóvenes quizás reclamen más dinero para esparcimiento o entretenimiento. Si se escucha lo que cada uno quiere decir, se puede convenir en un presupuesto mucho más equilibrado y práctico. Sin embargo, he aquí una advertencia: No permita que esto se convierta en una furiosa sesión de regateo, como aquéllas en que participan los gobiernos y los sindicatos. En éstas la gente, pensando con egoísmo, promueve sus propios intereses..

 Cuando hay más gastos que ingresos

Ahora que tiene un borrador de su presupuesto, empiece a determinar cuánto le cuesta mantenerse. En algunos casos, le parecerá que necesita más dinero del que gana. Si así es, tendrá que revisar algunos de los gastos que ha presupuestado. Sin duda tendrá que reducir algunos. El profesor de universidad que mencionamos al principio descubrió que había estado gastando demasiado en los alimentos. Halló que con tan solo disminuir el comer fuera de casa, y gastar menos en tentempiés, podía aliviar sus dificultades financieras. Pero en el caso de usted, el reducir el presupuesto quizás resulte mucho más difícil. Quizás tenga que determinar más detenidamente lo que usted realmente necesita, en contraste con lo que solamente desea.

Especialmente los que viven en países acaudalados e industrializados tienen que considerar este factor. La sabiduría que se refleja en las palabras bíblicas de 1 Timoteo 6:7, 8 se menosprecia a menudo en el mundo materialista en que vivimos: “Porque nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna. Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas”. Sin embargo, para muchas personas, estas palabras han resultado valiosas.

Así que, piénselo bien antes de concluir que tiene que ganar más dinero para poder equilibrar el presupuesto. El trabajar más horas, el conseguir un trabajo adicional, o el que otro miembro de la familia consiga empleo pudiera muy bien hacer que la calidad de su vida familiar desmejorara. Y en muchos casos las familias que emprenden trabajo seglar adicional para sufragar un gasto particular caen en la trampa del materialismo: Mucho después de haber sufragado el gasto, siguen trabajando. El ingreso adicional se convierte en algo irresistible. Así que, échele otro vistazo al presupuesto y vea si (por muy penoso que ello le resulte) puede disminuir sus gastos en otros campos. He aquí unas sugerencias:

• Esparcimiento y entretenimiento: En los Estados Unidos, más del 6 por 100 del salario se gasta en esparcimiento y entretenimiento. Puede que dicho porcentaje sea demasiado alto en el caso suyo. Es mucho más barato leer, dar paseos en un parque, y así por el estilo, que ir al cine, a los restaurantes y a eventos deportivos.
• Hábitos caros y perjudiciales: Hay quienes de cada $200 (E.U.A.), gastan $2.5 en tabaco. El jugar es otro vicio caro. ¿Reforzaría su presupuesto el eliminar tales hábitos?
• La comida y la bebida: Las bebidas alcohólicas son agradables, pero innecesarias. En muchos casos alimentos sencillos, como las papas o patatas cocinadas al horno, no solo son más baratos, sino también más nutritivos que el mismo alimento elaborado de manera más complicada (como las papas fritas). Los alimentos de temporada cuestan menos también. En vez de desechar las sobras, busque maneras de utilizarlas, como en guisados.
• Crédito: Úselo moderadamente, si acaso lo usa. El dinero que se toma prestado y los artículos que se compran a crédito pueden costar más debido a los intereses.
• Ropa: No se apresure a seguir los dictados de la moda. A menudo resulta mejor comprar estilos conservadores. Un ama de casa quizás quiera tomar en consideración el hacer su propia ropa y la de sus hijos.

Después de un período de bastante afán, su presupuesto por fin lucirá realizable. Después de unos cuantos ajustes aquí y allá, la familia puede mirar con orgullo su logro. Pero ahora empieza lo difícil.
Vivir dentro de lo presupuestado

Unas cuantas cifras escritas en un papel no resuelven los problemas financieros de una familia. En realidad, la parte más fácil es elaborar el presupuesto. El vivir dentro de lo presupuestado no es siempre tan fácil. Requiere verdadero autodominio y disciplina. Y se necesita una manera de saber distribuir el dinero.
Mucho dependerá de cómo le paguen, sea semanal, quincenal o mensualmente. Por ejemplo, si a usted le pagan semanalmente, puede acostumbrarse a sacar semanalmente de su salario una cantidad suficiente para sufragar los gastos semanales, mientras va ahorrando una pequeña cantidad todas las semanas para sufragar los gastos mensuales y los anuales.

Hay a quienes les ha dado resultado el usar sobres. Simplemente tome unos sobres y marque cada uno con el tipo de gasto que representa, como comida o ropa, y la cantidad del gasto. El día que cobre, puede distribuir sus ingresos entre los diferentes sobres. Así, cuando llegue el tiempo de sufragar un gasto, el dinero ya está listo. Y si no ha asignado suficiente dinero para pagar cierto gasto, es simplemente cuestión de tomar prestado dinero de otro sobre para sufragarlo.

Otras personas prefieren usar su cuenta corriente para pagar las facturas, en vez de tener dinero suelto en la casa. En este caso, usted puede controlar el gasto de dinero mediante los talonarios de cheques y las hojas de depósito. Algunos hasta tienen una cuenta de ahorros por separado para pagar las facturas a largo plazo. Quizás usen la cuenta corriente para pagar las facturas regulares, y entonces contribuyen todas las semanas (o todos los meses, según le paguen a la persona) a la otra cuenta, a fin de reunir los fondos para pagar las facturas a largo plazo.

Sea cual sea el método que se use, al final del mes usted debería comparar cuánto dinero ha gastado en realidad con la cantidad que había presupuestado. Por lo tanto, una tercera columna de la hoja de presupuesto debería servir para llevar la cuenta del dinero que se haya gastado en realidad. No se deje dominar por el pánico si al principio las cifras no coinciden totalmente. Las cifras calculadas por usted eran simplemente eso... cálculos aproximados. Usted no las talló en piedra. A medida que vayan pasando las semanas, puede que usted quiera hacer una serie de ajustes en los cálculos presupuestarios hasta que las cifras se acerquen a lo que en realidad se gasta. El alza en los precios debido a la inflación tal vez le obligue a ajustar con regularidad su presupuesto de gastos.

También, si enumera sus gastos puede que halle nuevas maneras de reducirlos. Por ejemplo, cierto hombre trató de hacer frente al alza en el precio de los alimentos criando animales para alimento. Con todo, se le hacía difícil equilibrar los gastos con los ingresos. Después de llevar la cuenta de sus gastos, pudo ver que el costo de alimentar a los animales y cuidar de ellos no le resultaba en ninguna ventaja. ¿Qué solución había? Simplemente vendió los animales y ahorró dinero.

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