Cuide su dinero

Usted trabaja arduamente por su dinero, aunque parece que éste compra menos cada día. Los precios siguen subiendo, y su dinero tiene que rendirle más. ¿Cómo puede usted lograr tal cosa? Mientras más sepa usted acerca de cómo los vendedores lo persuaden a gastarlo, mejores decisiones podrá tomar en cuanto a retenerlo.

VIVIMOS en una sociedad consumidora. De todas partes vienen mensajes que nos instan a gastar. Los periódicos y revistas, la radio y la TV, los anuncios y carteleras de las calles llenan nuestra mente de mensajes que quizás no recordemos conscientemente, pero que nos impelen a comprar ciertos productos. La manipulación para separar a la gente del dinero que ha ganado con dificultad se lleva a cabo en más formas de la que uno se pudiera imaginar.

A los niños se les manipula mediante anuncios de juguetes, a los adolescentes mediante los animadores de programas radiales de discos y a los padres por medio de tentarlos a comprar a plazos con pagos sorprendentemente fáciles. En su libro The Innocent Consumer vs. The Exploiters Sidney Margolius dice que tal manipulación impulsa a uno a “despilfarrar en gran manera el dinero de la familia y a desviar sus recursos” que se necesitan para otras cosas más importantes.

Se nos persuade a comprar, de varias maneras. Consideremos algunas:
De todas partes se nos dice que compremos para que seamos felices. Pero cuando compramos el artículo y lo llevamos al hogar, encontramos que la situación ha cambiado poco.

Una madre nota ollas y sartenes marcados como utensilios de cocina de “gourmet” o gastrónomo. Esto da a entender que ella podrá hacer mejores comidas con estos utensilios. Pero todos sabemos que la calidad de la comida usualmente depende de los ingredientes y de la aptitud del cocinero, y no de lo que el fabricante llame a la olla.

Un padre ve una hermosa ilustración de muebles excelentes, acompañada de la promesa de que él podría hacer muebles como aquéllos con solo tener cierta herramienta eléctrica costosa. No hay duda de que esas herramientas aceleran el trabajo, pero ¿podrá realmente esta herramienta hacer de él un hábil artesano? Los artesanos han hecho muebles excepcionales por siglos con herramientas mucho más sencillas.
A usted le gustaría sacar preciosas fotografías, pero el que usted compre la cámara fotográfica más costosa no lo va a convertir necesariamente en un fotógrafo experto.

Si usted observa qué es lo que realmente hace el aparato, cuánto uso realmente le va a dar, y la necesidad que realmente tiene de él, logrará más con su dinero, y obtendrá más beneficio de las cosas que compre.



Mercaderes de la insatisfacción

Los fabricantes tienen buen éxito en vender estufas, refrigeradores, televisores y hasta automóviles y ropa a personas que ya tienen estos artículos. ¿Cómo logran esto? Por medio de hacer que la gente piense que lo que ya tienen está fuera de moda. Los peritos en vender hacen al público consciente de la moda o estilo del momento, y luego cambian la moda. Hay varias maneras de cambiar la moda, pero, como dijo Vance Packard en su libro The Hidden Persuaders (Los persuasores ocultos), el “uso del color es una de las maneras menos costosas de hacerlo.”
Los que promueven la venta de mercancías se convierten entonces en “mercaderes de la insatisfacción.” Usted tiene la “moda vieja,” el “color del año pasado,” algo que está “pasado de moda.” Al poco tiempo usted comienza a pensar que debe conseguir un modelo nuevo. Este es el mismo método que usan los fabricantes de automóviles para hacer que uno quede insatisfecho con el “viejo” automóvil de la familia, aunque éste todavía corra muy bien y no tenga mala apariencia.

¿En efectivo, o a crédito?

Hay otra forma en que los que promueven la venta de mercancías estimulan a uno a gastar más de lo que debe. Instruyen a sus empleados para que pregunten: “¿En efectivo, o a crédito?” Tal vez le sugieran a uno que llene una solicitud para obtener una de las tarjetas de crédito de la tienda. El comprar a crédito o cargarlo a la cuenta hace más fácil el comprar. Las grandes corporaciones han probado que esto es cierto.
En tiendas de menos escrúpulos que otras quizás usen el crédito para ocultar el costo verdadero. En vez de citar el precio, sencillamente le citan a uno el pago mensual. Un minorista de aparatos para uso casero dijo: “Preferimos decir ‘12 dólares al mes.’ El dar el precio total sencillamente confunde al cliente.” Pero a menudo es el pago mensual lo que se usa para confundirlo. El administrador de una tienda dijo: “Al cliente corriente se le puede aumentar por aproximadamente un dólar el precio de un metro de alfombra por medio del crédito. Tendemos más a citar con énfasis las mensualidades que los dólares por metro.” Así, el pago mensual se cita según un precio que es mayor del que el cliente cree que está pagando.

¿Perjudica a las familias el uso extenso del crédito? Sí, especialmente a las que más necesitan vigilar sus fondos. Ahí están el alto cargo crediticio, la tentación de comprar artículos innecesarios o excesivamente caros, y el riesgo de endeudarse en exceso. Tan solo en los Estados Unidos varios millones de familias —muchas de ellas familias jóvenes— tienen el problema de estar endeudadas.
Por lo tanto, para lograr que le rinda más su dinero, tenga cuidado con el crédito que se facilita al consumidor.

Lea los anuncios

El saber leer los anuncios de ventas de los periódicos es otra manera de lograr que su dinero le rinda más. Recuerde, algunas ventas son legítimas; muchas no lo son. A continuación se dan algunas sugerencias en cuanto a cómo sacar el mejor partido de éstas:
Esté alerta para valerse de las ventas de temporada. En muchos lugares el negocio disminuye después de la demanda de la Navidad, y por eso las tiendas celebran liquidaciones en enero. Además, las compras de ropa de verano e invierno bajan a mitad de temporada, es decir, entre enero y febrero y junio y julio. Estos son tiempos en los cuales buscar tales liquidaciones. Alguna de la mercancía pudiera parecer estropeada, y puede que no haya mucho campo para seleccionar. Pero el seleccionar cuidadosamente en estas ocasiones a menudo puede ahorrarle dinero.
Una venta para liquidar un negocio pudiera ser legítima, pero tenga cuidado. En algunas tiendas parece que nunca quitan el anuncio de que se van.

Observe lo que los anuncios dicen realmente.

 Al leer “Usualmente 99 dólares, ahora 59” se debe entender, si eso es cierto, que el precio volverá a ser de 99 dólares después de la venta. Significa mucho menos cuando dice “Valor comparativo 99 dólares.” La tienda dice que este artículo es comparable a artículos cuyo precio es más alto, pero puede que esa comparación exista solo en la mente del dueño de la tienda. Significa menos aún un anuncio que diga “Precio de lista, 99 dólares.” Este es el precio que aparece en la lista del fabricante, o sobre la caja. Este precio pudiera tener poca relación con la realidad, pues pudieran haberlo marcado excesivamente alto para que las tiendas pudieran, al parecer, ofrecer baratillos al marcarlo a un precio más bajo.

Al leer: “Más bajo que el costo del fabricante” surgen más preguntas, tales como: ¿Por qué? ¿Se vendía poco? ¿Ha sido descontinuado el artículo? ¿No quedan disponibles piezas para el artículo?
“¡Ahorre!” Recuerde que esta palabra llamativa por lo regular tiene un solo propósito... hacer que usted gaste. Palabras como “¡Especial!” “¡Reducido!” y “¡Liquidación!” están diciendo obviamente en pocas palabras lo que el administrador de la tienda quiere que se diga. Aun en establecimientos bien conocidos se le ha dicho a más de un empleado: “Márcalo en $7,95 [dólares], para que la semana siguiente podamos marcarlo en $6,50.”

Caemos víctimas de tales tretas porque queremos encontrar un baratillo. Usted se puede proteger por medio de instruirse en cuanto a precios y calidad. Aprenda lo que cuestan las cosas. Y recuerde, nada es un baratillo a menos que usted realmente lo necesite. ¡Hasta si pudiera ahorrarse un 50 por ciento al comprarlo, el no comprarlo pudiera ahorrarle un 100 por ciento!

Compare precios

Se ha informado que hay menos probabilidades de que los miembros de familias de bajos ingresos (quienes obviamente necesitan más ahorros) compren en más de una tienda que los compradores de familias más prósperas.

¿Puede usted ahorrar dinero por medio de comparar los precios de varias tiendas? ¡Por supuesto que sí! En los Estados Unidos la Unión de Consumidores descubrió que el precio para un mismo aparato electrodoméstico fluctuaba entre 259 dólares y 370 dólares en diferentes tiendas.
Reduciendo lo que gasta en comestibles
Se ha calculado que muchas amas de casas pudieran reducir lo que gastan en comestibles hasta por 25 por ciento por medio de comprar con más sagacidad. Los comestibles son una parte grande de los gastos de su familia. ¿Cómo dicen los expertos que podemos ahorrar al comprarlos?
Primeramente, uno debe planear. Uno puede ahorrar por medio de comprar una vez a la semana, en vez de todos los días. Puede estar alerta para valerse de las ventas, y puede comprar productos alimenticios cuando se está en la época de éstos, porque cuestan mucho menos que durante el resto del año.
Una lista de compras puede ayudar grandemente. Las tiendas que anuncian artículos a precios bajos y a menos del costo para atraer a los clientes esperan que uno compre una buena cantidad de otras cosas para compensar por los artículos de bajo costo. Mientras usted está en la tienda se da mucha consideración a cómo lograr que usted compre artículos a los que se les ha marcado un precio más alto.
Escaparates que están montados unos sobre otros, o colocados al final de los pasillos, o en mesas especiales en medio de los pasillos, o cerca de la caja registradora, pudieran tentarlo a comprar artículos que no están en su lista. Los dueños de los supermercados saben que las ganancias de la tienda dependen de que logren estimular a los clientes a comprar por impulso. Leland J. Gordon y Stewart M. Lee dicen en la publicación Economics for Consumers: “Los vendedores explotan para su ventaja la tendencia de los consumidores de comprar por impulso. El comprar por impulso aumenta cuando los hombres hacen las compras y aumenta mucho más cuando los niños los acompañan. Cuídese de las trampas que hay para inducirla a comprar por impulso, la compradora cuidadosa compra lo que está en su lista de compras, y nada más.”

Otras maneras de ahorrar

Se ejecutan muchas tretas con el envase de los comestibles y con los alimentos preparados. Hubo un tiempo en que, cuando se compraba una libra de azúcar, o un kilo de arroz, lo pesaban enfrente de uno y uno luego lo llevaba a su casa. Ahora estas cosas vienen en paquetes o envases, que pueden ser engañosos. Algunas cajas grandes distan mucho de estar llenas. Una botella de loción para las manos fue diseñada de modo que pareciera más grande que la botella de un competidor, que llevaba el doble de aquella cantidad. Un envase pudiera dar la apariencia de que uno está recibiendo más, cuando realmente está recibiendo menos.
Una solución simple es comparar. Lea lo que pesa antes de comprar el envase.
Los vegetales preparados se venden en envases convenientes, y los quesos se venden de un tamaño que permite comérselos de un bocado. Pero usted paga —algunas veces más de lo que usted piensa— por tales conveniencias. Los alimentos preparados no solo cuestan más; pudieran tener menos valor nutritivo del que usted espera. Se han usado sustancias para aumentar el volumen de ciertos alimentos o hasta agua para reemplazar algunas de las sustancias nutritivas que hay en los alimentos preparados.
La regla es sencilla: Mientras más sean los preparativos especiales por los que ha pasado su alimento, menos es lo que usted probablemente reciba por su dinero.

Cómo protegerse

El comprador cuidadoso toma esta tarea en serio, y obtiene el rendimiento máximo de su dinero. En la página anterior se presenta una lista de puntos básicos que sería bueno recordar para obtener más por lo que uno gasta.

El hacer estas cosas no hará que los precios bajen, pero usted podrá lograr más con su dinero al estar al tanto de adónde va éste. También sabrá que habrá hecho lo posible por evitar gastos innecesarios.

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