¿Cuán bien administra usted sus asuntos?

HAY que administrar o manejar todos los negocios, todos los asuntos de familia y todos los bienes. También hay que administrar las deudas y las obligaciones. En realidad, todo el mundo tiene asuntos que es preciso administrar, aunque solo sea el asunto sencillo de pasar el día. Así es que bien vale la pena detenerse y preguntarse: “¿Cuán bien administro yo mis asuntos?”
En lo que respecta a la administración financiera, o al manejo de los bienes, es posible que casi automáticamente pensemos en los ricos. El empleado medio que gana un salario semanal o diario quizás no esté muy pronto a considerarse a sí mismo como un administrador financiero. Esto muy bien pudiera ser nuestro primer error al formular planes. Es la persona de medios limitados la que debe ser especialmente cuidadosa al administrar sus asuntos. Después de todo, solo los ricos pueden darse el lujo de pagar por el mal manejo... ¡y esto puede ser muy costoso!

Administración de la casa

Si usted es propietario de su casa, es probable que ésta sea la más importante de sus posesiones. Debido a los problemas de inflación que plagan a todos los países industriales y al constante aumento de los precios en las renovaciones para la casa, el valor de su casa por lo general aumenta en una proporción que se mantiene a la par, o hasta excede, a la proporción de la inflación. Por lo tanto, la casa merece prioridad en los asuntos de administración.

Siempre hay cosas que hacer con relación a una casa... reparar, reemplazar, apretar, ajustar, mejorar, pintar, pulir, cortar el césped, retocar, limpiar y un sin fin de otros quehaceres. Así es que el primer paso a dar en la buena administración de la casa es hacer una lista de las cosas que es preciso hacer y establecer prioridades. ¿Cómo se puede lograr que alguien haga todas las cosas necesarias? ¿Y cómo pagar por ellas? Es sorprendente el hecho de que son muy pocas las cosas que usted no puede hacer por sí solo... si está dispuesto a leer un poco y a dedicar el tiempo que se necesita para terminar las tareas. Aunque quizás no pueda terminarlo todo tan rápidamente o tan bien como los profesionales, quizás pueda ahorrar una cantidad considerable de dinero y disfrutar de un sentido de logro como recompensa adicional.

Si el tiempo es el problema, haga una lista de las horas disponibles y póngala al lado de su lista de tareas. Entonces determine qué cosas puede hacer y comience a trabajar tan pronto como sea posible. No es prudente posponer las reparaciones necesarias, pues las consecuencias pudieran ser más costosas.

En la mayoría de las zonas hay tiendas que venden artículos de construcción o centros donde se pueden obtener artículos para ampliaciones de viviendas. En éstos hay disponibles muchos excelentes juegos de instrumentos, herramientas sencillas e ideas para hacer las cosas uno mismo, a menudo a un precio razonable. Además, muchas bibliotecas tienen una excelente selección de literatura sobre reparaciones, carpintería, trabajo de hormigón, jardinería ornamental y una multitud de problemas asociados con el ser propietario de una casa. Hasta si usted tiene que comprar o alquilar herramientas, es posible que le salga más barato hacer el trabajo usted mismo que encargárselo a profesionales.

Sería prudente que la familia participara en las mejoras que se hagan en la casa. Esto ofrece otras recompensas además de las financieras. La participación de la familia también contribuye a la unidad familiar.
El mantener la casa limpia ciertamente es una parte esencial del programa de mantenimiento, y todos pueden cooperar en ello. Por ejemplo, pudiera ser prudente adoptar la costumbre oriental de quitarse los zapatos y ponerse zapatillas o chinelas al entrar en la casa. Seguramente no apreciaríamos el que alguien que viniera del establo entrara en nuestra sala de estar y se limpiara los zapatos en nuestra alfombra favorita. No obstante, en comparación con las calles de muchas ciudades, el establo pudiera ser un lugar más limpio. En la mayoría de las calles de las ciudades hay toneladas de hollín, escombros, basura, suciedad y sustancias contaminantes. ¿Por qué depositar polvo de esa clase en su hogar cuando esto se puede evitar sencillamente removiendo sus zapatos?

Al administrar la casa no se debe pasar por alto la protección del hogar. Puede que usted tenga que tomar decisiones respecto a algún seguro. Si actualmente tiene seguro, ¿ha examinado recientemente el grado de indemnización que le ofrece su seguro de incendios y el seguro de responsabilidad civil e hipoteca que quizás usted tenga? Debido a la inflación, lo que hace varios años era una buena indemnización quizás ya no lo sea hoy día. ¿Cuándo consideró usted por última vez el costo de reemplazar el contenido de su casa?
El seguro de la hipoteca en realidad es un seguro de vida a plazos. Además de proteger su casa, es una manera relativamente barata de crear un “caudal hereditario instantáneo” en caso de defunción. Para un matrimonio joven, por lo general es la manera más barata de proveer protección financiera.
Si usted se está esforzando por obtener una meta familiar como una casa, entonces tiene que pagar el precio. Esto a menudo significa vivir dentro de sus límites financieros por un período considerable hasta que pueda alcanzar la meta.

Administración del dinero

El dinero es otro bien que es preciso administrar. A veces se oye a la gente decir: “Sencillamente no se en qué se gastó el dinero.” Por lo general esto indica que no se había hecho un presupuesto, o que el que se había hecho no era práctico o era incompleto, o que el individuo no se adhirió a un presupuesto razonable.
Si usted tiene un buen presupuesto familiar, hay una regla inalterable que lo mantendrá libre de dificultades. Disciplínese para no vivir por encima de sus posibilidades. Cuando el gasto sobrepasa las entradas, ya sea esto en el nivel nacional o en el personal, el problema rápidamente se agrava más allá de todo control, y resulta el caos. Es preciso ejercer cuidado al usar las tarjetas de crédito a fin de evitar comprar meramente lo que uno desea en vez de lo que en realidad necesita. Para lograr ser un buen administrador de las finanzas quizás tenga que hacer un ajuste inteligente en su estilo de vida.

Hubo un tiempo en que el “ahorrar para tiempos de necesidad” era una regla básica de la familia. Y ésta sigue siendo muy razonable hoy día. La mayoría de las personas no tienen otra manera de aumentar sus bienes. Y se puede compensar la inflación con el invertir prudentemente en los ahorros. Por ejemplo, si un joven de 22 años de edad pudiera ahorrar un dólar al día e hiciera arreglos para invertirlo al 10 por ciento, tendría más de 200.000 dólares a la edad de 65 años.

A fin de administrar bien el dinero, todo el efectivo inactivo, sean cantidades grandes o pequeñas, debe emplearse con la mejor ventaja posible. En las cuentas de cheque, ya sean para un individuo o para un grupo, que no rinden interés alguno, o muy poco interés, solo deben mantenerse fondos suficientes para las necesidades inmediatas. El dinero que no se necesita en seguida debe ponerse en depósitos que producen interés máximo. Uno no tiene que satisfacerse con las utilidades mínimas de una cuenta de ahorros. Si usted está dispuesto a negociar, muchos bancos le pagarán hasta un poco más de las tarifas de interés que anuncian.

Algunos individuos han optado por invertir sus fondos en campos que por lo general no sufren de la inflación, como bienes raíces que producen ingresos, o terrenos. Por supuesto, es preciso ejercer cautela y tener experiencia para hacer tales inversiones. Pero a menudo éstas rinden ganancias mayores que lo que haría una cuenta de ahorros. Además, en la mayoría de los lugares, hay que pagar impuestos por las utilidades que provienen del efectivo, mientras que quizás no haya que pagar impuestos, o solo pagarlos a una tarifa menor, por las ganancias sobre el capital invertido.

Al calcular la utilidad sobre cualquier inversión sería un error grave pasar por alto la cantidad de impuestos envuelta. Si la inversión es considerable, quizás se precise el consejo de un experto.
El administrar o manejar las posesiones de uno cada vez se hace un asunto más complejo. Ningún conjunto de pautas abarca todos los problemas. Pero es prudente aprender los principios fundamentales y aplicarlos. No es fácil seguir los principios de la administración sana. Pero bien vale la pena hacer el esfuerzo, pues la buena administración puede afectar el futuro de usted y el de sus amados.

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