¿Gasta usted más de lo que gana?

“SIN presupuesto la vida es una tragedia”, declara un amigo contador.
“Sin el beneficio de la planificación financiera, toda persona y empresa puede en poco tiempo hallarse en una tragedia, le expliqué.

‘Pero a mí no me gusta la idea de estar restringido por un presupuesto’, tal vez diga usted. ‘¡Ni siquiera me gusta la palabra “presupuesto”!’ Bueno, puede usar el término “planificación financiera”, o la expresión “manejo del dinero”, como lo hacen otros. Sea como sea que usted se refiera a ello, si usted es como la mayor parte de las personas, usted tiene que asegurarse como dice el refrán en español: “extienda la pierna hasta donde llegue la sábana”, es decir, gaste solo de acuerdo con lo que tenga. Para esto es necesario tener un presupuesto.

Los casos de personas que sufren ruina financiera van en aumento. El alza de precios, la inflación, los altos porcentajes de interés y otros factores, todo ello hace difícil que usted tenga suficiente dinero para sufragar todos los gastos. Claro, en países subdesarrollados tal vez parezca un sueño hacer un presupuesto semanal o mensual. En el caso de millones de personas, el desafío consiste en sobrevivir de día en día.

Sea cual sea la situación en la que usted se encuentre, para proporcionar alimento, ropa, abrigo, calefacción, atención médica, transportación, educación y entretenimiento es necesario controlar de alguna manera los fondos disponibles para que se distribuyan debidamente. Por eso es importante hacer un presupuesto.
‘¿Pero por qué necesito hacer un presupuesto ahora, si he podido arreglármelas sin haber tenido uno antes?’, tal vez pregunte usted. En términos sencillos, se debe a que el poder adquisitivo de la moneda de su localidad está disminuyendo constantemente. Y ¿a qué se debe esto?

La situación financiera del mundo no presagia nada bueno para nosotros como ciudadanos comunes. Temblores financieros amenazan la economía de naciones de África, América del Sur, Centroamérica y Europa Oriental debido a una deuda de centenares de miles de millones de dólares.
Esta deuda mundial tiene el efecto de detener el desarrollo económico no solo de las naciones que toman dinero prestado, sino también de los países que hayan prestado dicho dinero. Dado que el suministro de dinero de casi todo el mundo está terriblemente atascado debido a la deuda, el poder adquisitivo de la moneda de la localidad va disminuyendo. Donde sea que uno viva, se oye el clamor: ‘Tenemos que acostumbrarnos a vivir de nuestros ingresos, no de nuestras fantasías’. El hacer un presupuesto personal puede ayudarle en este sentido.

Cómo hacer un presupuesto de su dinero

‘Pero si yo tuviera tan solo un poco más de ingresos, podría arreglármelas muy bien y no necesitaría un presupuesto’, afirman algunas personas. El pensar así es solo hacerse ilusiones. “Las corporaciones más grandes del mundo, que tienen ingresos de muchos millones de dólares, tienen que hacer presupuestos”, Además, una encuesta Gallup ha mostrado que, sea cual sea el ingreso, las personas de todas las diferentes categorías de ingresos tienen el mismo parecer: ¡Necesitan tan solo un poco más a fin de hacer equilibrios para vivir! ¿Por qué? Porque la mayor parte de las personas gastan más de lo que tienen.
Considere el asunto como sigue: ¿Emprendería usted un largo viaje en automóvil sin hacer planes? ¿Se pondría usted a hacer una prenda sin saber si tiene suficiente tela para completarla? Para tener éxito en lo que se emprende, se tiene que pensar de antemano y hacer planes. Jesucristo lo dijo hace tiempo: “¿Cuál de vosotros, queriendo edificar una torre, no cuenta primero sentado los gastos, si tiene lo que necesita para acabarla?”. (Lucas 14:28, Evangelios, 1923, Universidad Nacional de México.)

Siéntese y calcule

El sentarse y calcular un presupuesto no tiene que ser una experiencia desagradable. Considere el asunto desde un punto de vista positivo. “Es un plan para gastar el dinero”. Claudio se refiere a ello como “proyectar el flujo del dinero”. Un presupuesto le sirve a usted de mapa para distribuir sus ingresos. Por este medio usted llega a saber: 1) En qué está invirtiendo actualmente el dinero que gana con duro trabajo; 2) en qué no es necesario invertir dicho dinero, y 3) en qué quizás debería estar invirtiendo parte de ese dinero. Usted hallará que el manejar su dinero de tal manera sensata realmente no le privará del gozo de vivir. Al contrario,  “La familia que está libre de preocupaciones financieras puede llegar a conocer la felicidad y el contentamiento”. Por eso, no se considere un avaro... ¡considérese un administrador, o administradora, de los fondos de la familia!

Después de sentarse, ¿por dónde empieza? Primero, calcule el promedio de sus ingresos mensuales. (La mayor parte de las personas han hallado que lo más fácil es hacer los cálculos basándose en una suma mensual.) Para hacer esto, se necesita sumar todos los ingresos de todos los asalariados de la familia: los salarios, intereses, reembolsos de impuestos y otras fuentes de ingreso. Reste cualesquier deducciones hechas para impuestos sobre la renta y para otros propósitos. En el caso de salarios semanales, multiplique la cantidad por cuatro y un tercio. La cifra que resulta representa aproximadamente la cantidad que se gana mensualmente. Ahora súmelo todo. El resultado equivale a la cantidad de dinero que usted puede gastar cada mes... ¡y no puede gastar más!

El próximo paso consiste en sumar todas las cuentas que usted recibe con regularidad: la del alquiler o la hipoteca, la luz y la calefacción, el teléfono, y así por el estilo. Puesto que la mayoría de estas cuentas llegan mensualmente, es ventajoso basar sus cálculos en un ingreso mensual. Recuerde incluir artículos como la comida, la bebida, los periódicos y otras cosas por las cuales usted probablemente paga en efectivo semanalmente. Ahora, ¿ha sumado usted todo? ¿Qué hay de lo que usted gasta por término medio en la ropa, los viajes y vacaciones, el entretenimiento, las reparaciones de la casa y el mantenimiento de ésta y la limpieza en seco? Estos gastos frecuentemente se pasan por alto.

Hay cuentas que se vencen una vez al año, como la de los impuestos, las placas de matrícula del automóvil y el seguro de éste. Divida dichos gastos por 12 para llegar a una cifra mensual. Hasta este punto, ¿cuál es el total de sus gastos para un mes?

Cómo le beneficia a usted
 
Ahora puede comparar la cifra de sus ingresos mensuales con la de sus gastos. ¿Qué encuentra usted? Si tiene lo suficiente como para pagar sus cuentas, eso es excelente. Pero ¡no abandone su presupuesto todavía! En primer lugar, sería sensato no solo apartar dinero para los gastos mensuales, sino también ahorrar para los gastos imprevistos que de seguro surgirán en el transcurso del año. Ciertos artículos se gastarán o se dañarán. Es prudente tener esto en cuenta.

‘Bueno, pero ¿qué hay si encuentro que mis ingresos no cubren mis gastos?’, pregunta usted. Recuerde que el constructor de la torre calculó el costo a fin de ver ‘si tenía lo que necesitaba para acabarla’. Así, un presupuesto sirve para ayudarle a ver lo que usted puede permitirse gastar. Aprenda a contentarse con las cosas necesarias. La Biblia nos ayuda a razonar de esta manera, pues declara: “Porque nada trajimos a este mundo, y nada podremos llevarnos; si tenemos qué comer y con qué vestirnos, ya nos podemos dar por satisfechos” (1 Timoteo 6:7, 8, Versión Popular). Es cierto que no se pueden eliminar artículos como la ropa y el alimento, pero probablemente se pudiera gastar menos en el entretenimiento, los deportes o lujos innecesarios.

Pero considere otros gastos. ¿Cuánto gasta usted en bebidas alcohólicas? Como lo indica el Canadian Book of Money (Libro canadiense sobre el dinero), “la hora de cócteles antes de la cena podría estar costándole mucho dinero al año”. Hay quienes ven esfumarse el cheque que reciben como salario. La persona que fuma dos cajetillas de cigarrillos al día puede llegar a gastar muchísmo dinerño al año en cigarrillos. Hay quienes han adoptado la práctica de comer en un restaurante una vez a la semana, pero el hacerlo puede costar a algunas familias una porción considerable del salario semanal. Se podría pagar mucho menos por el mismo manjar de carne o mariscos y disfrutar de él en casa... y también se ahorraría dinero al no tener que gastar en gasolina, propinas y el estacionamiento del automóvil.

 Hay varios métodos útiles de manejar el dinero. Cuál de ellos usted use dependerá de sus propias circunstancias y de lo que usted halle práctico.

Algunos métodos prácticos

Efectivo en sobres: Este método sencillo consiste en marcar sobres para indicar las diferentes cosas en las que se tienen que gastar los ingresos: “alquiler”, “alimento”, “gasolina”, “calefacción”, y así por el estilo. Se coloca dinero efectivo en los respectivos sobres de acuerdo con la cantidad que se necesite para cubrir el gasto. Así, si algunos ingresos son semanales, pero los pagos se hacen mensual o hasta anualmente, se pone en el sobre la cantidad de dinero efectivo que se requiere para la semana, de modo que cuando llega el tiempo de pagar la cuenta se tiene la cantidad total requerida. Por lo tanto, en julio ya se está apartando dinero para las cuentas de calefacción del próximo invierno. El hacer esto ciertamente disminuye mucha de la ansiedad que acompaña el pagar las cuentas. Además, recuerde esto: ¡Resista la tentación de “tomar dinero prestado” de uno de los sobres!

Haciendo pagos con cheques: Básicamente, este método es parecido al de los sobres, con la excepción de que se depositan los ingresos de la familia en un banco, de modo que éste llega a desempeñar la función de los “sobres”, y cuando se extienden cheques para pagar las cuentas, es como sacar dinero de los sobres. Los beneficios adicionales que ofrece el sistema de cheques, es decir, el tener una cuenta corriente, son los siguientes: a) se puede ganar interés sobre el dinero que esté en el banco, lo cual quizás también ayude a contrarrestar la disminución del valor del dinero debido a la inflación; b) ofrece mayor seguridad que el guardar grandes cantidades de dinero efectivo en la casa, y c) hay menos tentación de “tomar dinero prestado” para usos no designados.

¿Por qué no hacer del presupuesto un asunto de familia? Cuando usted se siente para calcular los gastos, sería educativo que los niños aprendieran más acerca del valor del dinero y vieran cuánto se invierte en criarlos. Esto contribuirá a que estén conscientes de apagar las luces, cuidar de su ropa y no desperdiciar el alimento... medidas que hacen falta en la mayor parte de los hogares hoy en día.
Sobre todo, no se desanime si su primer presupuesto no resulta, o si en poco tiempo deja de ser práctico. Los presupuestos, al igual que cualquier horario, tienen que ponerse al día y ajustarse a medida que cambien las circunstancias. Haga los ajustes necesarios. Las cosas irán mejorando a medida que usted vaya ganando experiencia. Usted puede beneficiarse de considerar la tabla de la página siguiente.

El libro Money Management (Manejo del dinero) resume el asunto como sigue: “El hacer equilibrios para vivir no tiene que ver con ganar más ni gastar menos; es simplemente cuestión de hacer por adelantado que los gastos correspondan con los ingresos, para que la vida sea más placentera”. Sí, es cuestión de ‘extender la pierna hasta donde llegue la sábana’.

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