¿Ganancias aseguradas?
Hace unos días un conocido me pidió opinión acerca de un “negocio” muy atractivo que prometía grandes ganancias con una baja inversión. Fui explícito: para mí se trataba de una típica estafa piramidal. A decir verdad, nuestra charla me dejó un mal sabor de boca porque, a pesar de mi insistencia y explicaciones, creo que de cualquier manera va a ingresar a ella. Así pasa. En los mercados financieros se sabe muy bien que son principalmente dos emociones las que los mueven: el miedo y la codicia. Cuando alguna de ellas toma el control, no hay nada que haga entrar en razón a los inversores y es cuando llegan los pánicos o las euforias extremas. En las estafas piramidales apelan a ese sentimiento de codicia con la mentira de que el negocio es “seguro” y de que las ganancias están “garantizadas”. No existe tal cosa. En realidad, en estos esquemas se forman dos pirámides: la de incautos y la de ganancias. La primera crece de arriba hacia abajo, por lo que su base se va hac